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El Área de Ingeniería Ambiental del CEIT cumple 35 años, su Director Eduardo Ayesa hace un repaso de los hitos más importantes logrados durante este periodo

27/08/2014

El Área de Ingeniería Ambiental del CEIT cumple 35 años, su Director Eduardo Ayesa hace un repaso de los hitos más importantes logrados durante este periodo



El Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa, es un centro de investigación sin ánimo de lucro, que surge desde la Universidad de Navarra en 1982, y cuya tarea principal consiste en llevar a cabo proyectos de investigación aplicada bajo contrato, de carácter industrial, en estrecha colaboración con los departamentos de I+D+i de las empresas. 
 
El Área de Ingeniería Ambiental, se creó en 1979 dentro de la Escuela de Ingeniería y en un principio basó su investigación sobre la caracterización y tratamiento de la contaminación atmosférica. Poco después, en 1980, recibe la acreditación como Entidad Colaboradora del Ministerio de Industria, para la protección del medio ambiente. Con la creación del Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa en 1982, este área pasó a formar parte del CEIT y su trabajo científico y tecnológico comenzó a orientarse hacia la investigación aplicada en tecnologías de tratamiento de aguas residuales.
 
Durante su primera etapa, hasta finales de los 80, el Área hizo grandes esfuerzos para capacitar a su personal, desarrollando las primeras tesis doctorales y consolidando un primer equipo de investigación multidisciplinar que se especializó en el diseño, operación y control de tecnologías para el tratamiento biológico y físico-químico de las aguas residuales. A partir de esta fecha, el Área de Ingeniería Ambiental, ha ido desarrollando proyectos en virtud de contratos de I+D+i y en respuesta a las demandas de un gran número de empresas y organismos responsables de la gestión del agua. 
 
Eduardo Ayesa, como Director del área, hace con nosotros un repaso sobre los hitos y logros alcanzados durante estos 35 años de existencia.
 
 

Eduardo, ¿qué valoración harías de estos 35 años de existencia del Área de Ingeniería Ambiental?

 
Si tuviera que sintetizar en una frase lo que creo que han supuesto estos 35 años del Área de Ingeniería Ambiental del CEIT, yo lo definiría como la consolidación de una manera de entender y llevar a la práctica la investigación aplicada, que se caracteriza por responder con eficacia a las necesidades del cliente pero sin renunciar a la excelencia científica. Desde sus orígenes, el CEIT tuvo clara su doble misión de realizar proyectos de investigación aplicada y formar nuevos investigadores, normalmente mediante la realización de tesis doctorales. Este doble y ambicioso objetivo requiere, por una parte, que las temáticas de investigación deben estar claramente alineadas con las necesidades del sector que las financia y, por otra parte, que la excelencia e innovación del trabajo desarrollado debe permitir la formación de nuevos doctores y la divulgación científica en publicaciones de prestigio. Está claro que lograr esta doble misión no es un reto sencillo, pero después de todos estos años debo decir que cuando esta complementariedad se consigue, los resultados son realmente excelentes porque ambos objetivos se refuerzan sinérgicamente. 
 
La trayectoria del Área en estos 35 años no ha sido siempre fácil y ha requerido el esfuerzo de muchas personas, pero creo que hoy en día puede decirse que tenemos un equipo multidisciplinar consolidado, formado por investigadores altamente cualificados, con conocimiento sólido y con amplia experiencia, tanto desde el punto de vista científico como en la relación profesional con los clientes. En un momento en el que tendemos frecuentemente a buscar resultados a corto plazo, no debemos olvidar que la consolidación de los equipos de investigación requiere planificación, esfuerzo y el tiempo de maduración necesario.
 
Después de todos estos años, nuestro grupo de investigación ha logrado establecer relaciones estables y fructíferas con una larga lista de empresas y entidades públicas del sector del agua, colaborando juntos a la hora de identificar y priorizar las líneas de I+D+i más adecuadas y a la hora de llevarlas adelante. Desde mi punto de vista, uno de los principales retos a los que se enfrentan las empresas del sector del agua, es el adecuado alineamiento y coordinación entre sus actividades de I+D y sus necesidades de innovación. En este sentido, como centro tecnológico claramente orientado a la investigación aplicada (y vuelvo a subrayar ambos términos), creo modestamente que el CEIT está aportando eficazmente su granito de arena a orientar y colaborar en ese alineamiento estratégico.
 

 

Como hitos destacados ¿podrías indicarnos aproximadamente el volumen de proyectos, tesis, trabajos, publicaciones, etc., generados por vuestro departamento,  durante este periodo de tiempo?

 
Lógicamente, la actividad del Área durante los primeros años se encaminó fundamentalmente a construir un primer equipo de trabajo y adquirir el conocimiento necesario. Sin embargo, ya desde finales de la década de los años ochenta se comenzaron a realizar proyectos de cierta envergadura para las empresas y entidades públicas del sector del agua y esta actividad ha seguido incrementándose desde entonces. Durante estos años, el Área de Ingeniería Ambiental del CEIT ha llevado a cabo más de 150 proyectos de I+D+i en los que, además de intentar responder eficazmente a las necesidades de los clientes, se han generado notables resultados científicos innovadores, como lo muestran las más de 200 publicaciones científicas producidas, la activa participación en congresos y seminarios científicos nacionales e internacionales o las 50 tesis doctorales desarrolladas. Me parece también importante resaltar que la mayor parte de esos 50 nuevos doctores formados en nuestro grupo han pasado a incorporarse a los departamentos de I+D de la empresas, contribuyendo notablemente a la innovación tecnológica de nuestro tejido industrial. En este sentido me gustaría también destacar nuestra capacidad para colaborar activamente tanto con las empresas demandantes de tecnología como con las universidades, sirviendo en muchos casos de puente entre todos ellos.
 
 

Vuestro equipo investigador multidisciplinar está especializado en el diseño, operación y control de tecnologías avanzadas para EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales), ¿en qué proyectos de gran envergadura habéis participado en los últimos años y qué resultados se han obtenido?

 
Aunque en los más de 150 proyectos que llevamos realizados hemos abordado temáticas muy variadas, sí que es cierto que nuestro principal campo de actividad ha sido el tratamiento de las aguas residuales y, más específicamente el diseño, operación y control de las EDAR. Para ello es frecuente que combinemos trabajos experimentales a escala de laboratorio, planta piloto o planta real, con herramientas avanzadas de modelado matemático, simulación y automatización. A lo largo del tiempo hemos ido aplicando esta metodología para optimizar, por ejemplo, tecnologías de fangos activados para eliminación de nutrientes, procesos biopelícula con soporte fijo y móvil, reactores alternantes, procesos SBRs, reactores de membrana, digestores anaerobios y aerobios, etc. Como proyectos tecnológicos más relevantes que estamos llevando a cabo en estos momentos para las empresas de ingenierías de aguas, yo destacaría el desarrollo y validación de una nueva tecnología Anammox en biopelícula sobre soporte móvil, el estudio de la incorporación de membranas a los digestores anaerobios, la optimización del diseño y operación de nuevos digestores aerobios termofílicos para el tratamiento e higienización de lodos de EDAR o el desarrollo y validación de un nuevo procedimiento sistemático para co-digerir residuos orgánicos en los digestores de lodos. En todos estos proyectos se busca conocer en profundidad, validar y optimizar la tecnología estudiada y los resultados obtenidos normalmente se plasman en informes técnicos, plantas piloto, reglas de diseño y operación, simuladores, hojas de cálculo y algoritmos de control.
 
En la línea específica del modelado matemático de sistemas llevamos desde los años 90 construyendo simuladores dinámicos para empresas de ingeniería del agua y operadores. Como realizaciones más recientes yo resaltaría el proyecto NOVEDAR_Consolider recientemente finalizado, en el que ocho universidades españolas, dos holandesas y el CEIT han investigado en una nueva concepción de las estaciones depuradoras de aguas residuales urbanas. El trabajo realizado por el CEIT en este proyecto ha dado lugar a una extensa librería de modelos matemáticos que permite explorar por simulación la mejor combinación de tecnologías en función de cada escenario de estudio. En esta línea de modelado matemático, yo también destacaría nuestra participación en el proyecto europeo AquaFit4Use, liderando el módulo de modelado matemático y simulación, en el que hemos realizado también una nueva librería de modelos de los circuitos de agua en diferentes sectores industriales.
 
Finalmente, tal y como he comentado anteriormente, otra línea importante de trabajo de nuestra Área es la gestión de datos y control en las EDAR. La automatización de las plantas tiene una gran tradición en el CEIT, siendo posiblemente el ejemplo más representativo el sistema de control del tratamiento biológico de la EDAR de Galindo en Bilbao, aunque se han realizado también muchos otros sistemas de control para un amplio conjunto de tecnologías. En este momento, yo destacaría dos proyectos europeos que estamos llevando a cabo actualmente en colaboración con empresas y entidades públicas, el proyecto DIAMOND orientado a desarrollar nuevos sistemas de gestión y tratamiento de datos en las EDAR y el proyecto OPTI-VFA en el que estamos desarrollando nuevos controladores automáticos para optimizar la carga y la producción de biogás en digestores anaerobios para la industria agroalimentaria.
 

 

Desde el Área de Ingeniería Ambiental, se ha impulsado desde el primer momento el emprendimiento mediante la creación de “Spin-Off” ¿cuál ha sido el resultado de esta firme apuesta por la creación de empresas desde la universidad?

 
Es cierto que la creación y promoción de nuevas empresas de base tecnológica está siendo un rasgo muy característico de la actividad del CEIT en general y de Ingeniería Ambiental en particular. En este sentido me gustaría remarcar que el papel de estas “Spin-Off” es poner en mercado aquellos productos, conocimientos o tecnologías que se van generando en el CEIT como fruto de su actividad investigadora, que tienen una viabilidad económica clara y que, lógicamente, no forman parte de los resultados de proyectos de investigación transferidos a nuestros clientes. En estos momentos las empresas “Spin-Off” del CEIT emplean ya más de 400 trabajadores altamente cualificados y algunas de ellas se encuentran entre nuestros principales clientes. Te comento algunos ejemplos ilustrativos relacionados con el tratamiento de aguas:
 
  • La primera “Spin-Off” del CEIT fue ATM, empresa creada en 1996 dedicada a la ingeniería y consultoría en depuración de aguas residuales y que actualmente se ha integrado en Praxair.
  • Aunque no fue estrictamente un “Spin-Off” del CEIT, los trabajos de investigación desarrollados por el CEIT para ATM fueron la base tecnológica para que ATM y Anox Kaldness promovieran la creación de la empresa Anox Kaldness-España, que actualmente pertenece al grupo Veolia.
  • Como fruto de la colaboración entre las Áreas de Ingeniería Ambiental y Materiales del CEIT, el año 2008 se propició la creación de la empresa LIKUID, que fabrica y comercializa una excelente tecnología de membranas inorgánicas para procesos de filtración y que está experimentando un gran avance en el mercado internacional en los últimos años.
  • Finalmente, a finales de 2012 se creó la empresa CONAQUA para llevar a cabo servicios de consultoría en Ingeniería Ambiental y que hasta ahora está centrando fundamentalmente su actividad a la realización de estudios de simulación y optimización energética de estaciones depuradoras, al diseño e implantación de controladores automáticos y a la co-digestión de residuos orgánicos en los digestores anaerobios de las EDAR.
 
En resumen, creo que puede afirmarse que los resultados generados por la creación de “Spin-Off” de base tecnológica están siendo muy positivos no sólo para el CEIT, sino también para nuestros clientes industriales que encuentran nuevos socios tecnológicos altamente cualificados y, en general, para la innovación del sector de ingeniería ambiental.
 

Para finalizar Eduardo, en un mundo tan frenético y globalizado como el actual, ¿cuáles son las perspectivas del Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Guipúzcoa y en particular del departamento que diriges?

 
Yo soy francamente optimista respecto al futuro del CEIT y, más concretamente, del Área de Ingeniería Ambiental. En primer lugar, porque creo en la capacidad y profesionalidad de nuestro equipo de trabajo y, en segundo lugar, porque pienso que el sector del agua va a experimentar un gran avance tecnológico en los próximos años, para el que va a necesitar centros con la manera de trabajar del CEIT. Es decir, equipos multidisciplinares especialistas en investigación aplicada, con una sólida formación científica y tecnológica, y capaces de ofrecer soluciones integrales a las nuevas necesidades del sector.
 
España es una referencia internacional en ingeniería del agua, con muy buenos profesionales y reconocido prestigio, pero nos falta ser también referentes en innovación tecnológica. Hay buenas empresas de ingeniería, buenos operadores y buenos grupos de investigación pero tenemos que encontrar la manera de trabajar juntos mirando hacia el mercado internacional. Y creo sinceramente que centros como el CEIT pueden  servir de puente y catalizador entre los diferentes actores implicados.
 

Muchas gracias Eduardo.

 
 
Más Información sobre el Área de Ingeniaría Ambiental del CEIT en www.ceit.es
 
   

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