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Los microcontaminantes orgánicos y su problemática general, con José Luis Aranda responsable del laboratorio de cromatografía de IPROMA Castellón

25/05/2017

Los microcontaminantes orgánicos y su problemática general, con José Luis Aranda responsable del laboratorio de cromatografía de IPROMA Castellón



Las actividades de IPROMA se centran en la realización de estudios, asesoramiento técnico, toma de muestras y análisis de aguas, análisis de suelos contaminados, residuos, sedimentos, biota, análisis atmosféricos, higiene industrial e higiene alimentaria, mediante una elevada especialización que además de los parámetros físico-químicos y microbiológicos tradicionales, incluye la determinación de contaminantes orgánicos, sustancias prioritarias, drogas y fármacos, radioactividad, indicadores biológicos, etc.
 
Actualmente IPROMA Cuenta con 6 laboratorios de análisis, ubicados en Castellón, Madrid, Barcelona, Sevilla, Pontevedra y Zaragoza y una oficina técnica ubicada en Valencia, lo que permite dar un servicio próximo a los clientes.
 
José Luis Aranda, responsable del laboratorio de cromatografía de IPROMA Castellón, nos da todos los detalles en esta entrevista acerca de los análisis de microcontaminantes que realizan en su laboratorio con diferentes matrices.
 
 
José Luis, ¿qué son los microcontaminantes orgánicos y cuál es su origen?
 
Sin lugar a dudas, como ya es conocido por la mayoría de nosotros, la principal fuente de microcontaminantes orgánicos está relacionada con la actividad humana, ya sea en el ámbito industrial, agrícola y ganadero o por los usos domésticos. En muy pocas ocasiones podemos decir que su origen no es antropogénico, podríamos citar por ejemplo el caso de las cianotoxinas o las micotoxinas, que son compuestos generados por el metabolismo de ciertas algas y hongos.
 
Los microcontaminantes orgánicos constituyen una innumerable serie de compuestos no deseables que desde hace décadas están presentes en el medioambiente, pesticidas, hidrocarburos, fármacos etc. y aunque su concentración suele ser muy baja (estamos hablando de partes por billón o partes por trillón), no por ello son menos preocupantes. Su peligrosidad se debe generalmente a que se trata de compuestos persistentes, (o pseudopersistentes) y bioacumulables, que pueden producir efectos indeseables en el medio acuático o terrestre y en los seres humanos.
 
 
 

En cuanto al Marco Legislativo actual, ¿cuáles son sus principales exigencias?
 
Actualmente existen diversas regulaciones tanto en el ámbito europeo como dentro del estado español. En materia de aguas destaca la Directiva Marco, donde están reguladas las sustancias prioritarias y preferentes, que está sometida a continua revisión incorporando nuevos compuestos, haciendo un seguimiento a través de la lista de observación, y además ya tiene en cuenta la biota a la hora de monitorizar ciertas sustancias, lo cual es de gran importancia.  Esta directiva está transpuesta a nuestro ordenamiento jurídico mediante el RD 817/2015.
 
En lo referente a la contaminación del suelo se dispone del RD 9/2005, donde se regulan las actividades potencialmente contaminantes y los estándares para declaración de suelos contaminados. También para emisiones y vertidos está el RD 508/2007, que regula el reglamento E-PRTR.
 
Sin embargo, dada la magnitud del problema, con la interminable cantidad de productos químicos existentes, es extremadamente difícil establecer unas normas de calidad ambiental que den cobertura a todas las sustancias a las que potencialmente nos enfrentamos.
 
 
Según vuestra experiencia José Luis, ¿qué tipo de compuestos es necesario analizar y en qué muestras matrices lleváis a cabo los análisis?
 
La elección de los compuestos a determinar es fundamental para poder obtener buenas conclusiones, especialmente en los casos que no tenemos una normativa de referencia. En ocasiones, es tan importante o más, el análisis de los metabolitos o productos de degradación de un determinado contaminante, ya que el compuesto original puede ser transformado en subproductos cuya peligrosidad es mayor a la del compuesto original. Un ejemplo sería el caso del ácido aminometilfosfónico (AMPA), principal producto de degradación del plaguicida Glifosato. Otro ejemplo es el fármaco Omeoprazol, ampliamente consumido, que obviamente se espera encontrar en las aguas residuales, y sin embargo no se detecta en los análisis, pero por el contrario, sí que aparecen sus subproductos de degradación.
 
De la misma forma, tiene una gran importancia la selección del tipo de muestra donde se efectuarán los análisis. Por ejemplo, realizar una determinación de difeniléteres bromados en aguas puede aportar escasa información dada su baja solubilidad, pero teniendo en cuenta que estos compuestos tienden a unirse a la materia orgánica y particulada, será más conveniente analizarlos en sedimentos y en biota.
 
 

De las muestras medioambientales obtenidas, ¿cuáles son las principales dificultades que os encontráis a la hora de llevar a cabo las analíticas necesarias?
 
Los retos a los que nos enfrentamos los laboratorios a la hora de hacer estos análisis son de muy diversa índole, por lo general estamos manejando un gran número de compuestos con propiedades físico-químicas muy diferentes, y en ocasiones, supone una dificultad hasta el encontrar materiales de referencia adecuados.
 
Las concentraciones en las que suelen estar presentes los microcontaminantes son muy bajas, estamos en el rango de las partes por trillón e incluso inferiores, y a la vez nos encontramos frente muestras medioambientales pueden llegar a ser muy complejas, todo ello implica emplear métodos laboriosos, que no suelen estar estandarizados.
 
Otro factor muy importante es la alta cualificación necesaria por parte del personal que realiza estos análisis, que requiere una alta especialización, sin olvidar tampoco la infraestructura necesaria, instrumentación, instalaciones y materiales, cuyo coste es elevado, y al final, el conjunto de todos estos factores hace que el precio de esta analítica sea alto.
 
 
 
 
¿Con qué tipo de herramientas cuenta actualmente IPROMA para realizar este tipo de análisis tan complejos?
 
Principalmente, las técnicas instrumentales que dispone IPROMA para abordar estos análisis son las derivadas del acoplamiento de la cromatografía con la espectrometría de Masas. Estamos aplicando tanto la cromatografía de gases como líquida, y la espectrometría de masas con diferentes tecnologías, cuadrupolo, trampa de iones y espectrometría de masas en tándem, en función de la naturaleza de los compuestos a determinar.
 
En lo referente a las técnicas de preparación de muestras, siempre hemos elegido la implantación de metodologías con bajo impacto para el medio ambiente, evitando el uso de disolventes y minimizando la generación de residuos. En esta línea, podemos destacar entre otras la microextracción en fase sólida (SPME), la extracción en fase sólida en línea, la extracción con barras agitadoras, el método QuEChERS para muestras sólidas, así como diversas metodologías de derivatización y clean-up de los extractos.
 
Y todo ello, siempre contando con una alta cualificación del personal implicado, con más de un 60% de titulados universitarios, donde tenemos químicos, biólogos e ingenieros entre otros especialistas.
 

Para finalizar José Luis, ¿cuál es la experiencia de IPROMA en este campo y de qué referencias disponéis con este tipo de análisis en nuestro país?
 
Desde sus inicios, IPROMA, donde este año celebramos el 25 aniversario, ha apostado por ofrecer un servicio adaptado a las necesidades analíticas de un mercado en continuo cambio. Nuestra infraestructura actual permite la determinación de una gran variedad de microcontaminantes orgánicos, que van desde plaguicidas pertenecientes a familias tan dispares como los organoclorados, las triacinas, los fenoxiácidos o el glifosato por citar algunos, hasta compuestos orgánicos volátiles, retardantes de llama como los PCB’s, difenilétres bromados o las cloroparafinas, plastificantes, nonilfenoles, compuestos de butilestaño, microcistinas fármacos, hormonas y un largo etcétera.
 
En IPROMA contamos principalmente con métodos de ensayo acreditados bajo la norma UNE-EN ISO/IEC 17025:2005, pudiendo analizar más de 500 compuestos en distintas matrices ambientales, aguas, sedimentos, biota, soportes atmosféricos etc. Continuamente estamos ampliando nuestra oferta analítica, con una destacada actividad en proyectos de I+D+i, participando en distintos programas tanto a nivel estatal como internacional, donde destacan los proyecto LIFE-STO3RE, REMEB y MICROFILCER.
 
 
Muchas gracias
 
 
Más información sobre IPROMA en www.iproma.com
 
 

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