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España combate la desertificación también fuera de sus fronteras


18/06/2020

Cooperación internacional
España combate la desertificación también fuera de sus fronteras

 

  • España combate la desertificación en el 42% de su territorio y utiliza esa experiencia para hacer lo propio en los países en desarrollo, en un esfuerzo por atajar la relación entre desertificación y pobreza
  • El 20% de la superficie terrestre se degradó entre 2000 y 2015, lo que resultó en una pérdida significativa de servicios esenciales para el bienestar humano
  • La Cooperación Española centra su contribución a la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en la medición de la degradación del suelo y en el establecimiento de objetivos de neutralidad de degradación de la tierra en países en desarrollo 
  • Con el fin de contar con tierras productivas suficientes para satisfacer la demanda de 10 000 millones de personas en 2050, es necesario modificar nuestro estilo de vida
 
Luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación es el principal objetivo de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD); una de las tres grandes Convenciones sobre Medio Ambiente creadas a partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que se celebró en Río de Janeiro en 1992. 
 
España ha venido apoyando esta Convención desde sus inicios, no sólo desde el punto de vista de la Cooperación para el Desarrollo por la evidente relación entre pobreza y desertificación, sino también porque el 42% de nuestro territorio sufre problemas de desertificación. 
 
La lucha contra la desertificación constituye, por tanto, un capítulo prioritario de las políticas medioambiental y de cooperación españolas. Por este motivo, la CNULD cuenta con importantes contribuciones de España, como estado miembro, y con un foco adicional tanto en el fortalecimiento de la Unidad de Ciencia y Tecnología de la Convención como en el esfuerzo por establecer objetivos de neutralidad de degradación de la tierra en los países en desarrollo.
 

Una base científica
 

El fortalecimiento de la Unidad de Ciencia y Tecnología de la CNULD es una apuesta estratégica de las políticas medioambiental y de cooperación para el desarrollo españolas, gracias a la cual se ha contribuido a dotar a esta Convención de una base científica sólida para el seguimiento de la degradación del suelo y la desertificación, a través de la definición y desarrollo de indicadores de impacto y desempeño, fundamentales para poder medir y evaluar la aplicación de la Convención.
 
Esta apuesta se ha reforzado tras la adopción de la Agenda 2030, con la que España está comprometida, y la inclusión del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15.3: "Para 2030, combatir la desertificación, restaurar la tierra y el suelo degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y esforzarse por lograr un mundo neutral para la degradación de la tierra".
 
La Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), como agencia de custodia para el indicador 15.3.1 de ODS –"Proporción de tierra que se degrada sobre la superficie total"-, trabaja para establecer un sistema global de monitoreo de las tendencias de degradación de la tierra.
 
En este sentido, la contribución voluntaria del gobierno de España ha sido clave, pues ha permitido a la CNULD dar un salto cualitativo en la disponibilidad y el desarrollo de datos científicos sólidos para alcanzar el objetivo 15.3 de los ODS.
 
De hecho, gracias a este apoyo ha sido posible concluir que el 20% de la superficie terrestre total del planeta se degradó entre 2000 y 2015, lo que resultó en una pérdida significativa de servicios esenciales para el bienestar humano; también que, en todas las regiones, excepto Europa y América del Norte y África del Norte y Asia occidental, el grado de degradación cubrió del 22,4% al 35,5% de la superficie terrestre, afectando directamente la vida de más de mil millones de personas.
 

Objetivo: Neutralidad de la  degradación

 
Otra línea de trabajo en la que colabora España con la CNULD es el apoyo para establecer Objetivos de neutralidad de degradación de la tierra (LDN por sus siglas en inglés) en países en desarrollo. 
 
El Gobierno de España, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, financió en 2016 la iniciativa de la Convención en Bolivia, Perú y Níger para establecer Objetivos de LDN con el apoyo de las oficinas de cooperación de la Agencia Española de Cooperación en estos países.
 
Así, en abril de 2019, Bolivia, Perú y Níger ya habían completado con éxito sus respectivos procesos nacionales de establecimiento de objetivos de LDN y han fortalecido sus marcos nacionales de monitoreo para la evaluación de la degradación de la tierra con los mejores datos disponibles a nivel nacional y global.
 

Producción y consumo incesantes, principal causa de  desertificación


La desertificación es la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Está causada fundamentalmente por la actividad humana y las variaciones climáticas. Este año el Día Internacional se centra en cambiar las actitudes públicas hacia la principal causa de la desertificación y la degradación de las tierras: la producción y el consumo incesantes de la humanidad. 
 
El crecimiento demográfico, el aumento de los ingresos de la población y el incremento de la población urbana intensifican la demanda de tierra para producir alimentos, forrajes y fibras textiles. Mientras tanto, la salud y la productividad de la tierra cultivable existente están disminuyendo, un declive que se ve empeorado por el cambio climático. 
 
Con el fin de contar con tierras productivas suficientes para satisfacer la demanda de 10 000 millones de personas en 2050, es necesario modificar nuestro estilo de vida. A través del Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, celebrado bajo el lema "Alimentos. Forrajes. Fibra.", se aspira a educar a las personas sobre la manera de reducir su impacto individual.
 
Los alimentos, los forrajes y las fibras también están contribuyendo al cambio climático: un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra. La producción de ropa y calzado ocasiona el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que, según las previsiones, ascenderá 50% para 2030.
 
Mediante cambios en el comportamiento de los consumidores y las empresas y la adopción de una planificación más eficiente del uso de la tierra y de prácticas más sostenibles, podríamos disponer de terreno suficiente para satisfacer la demanda. Todos tenemos una responsabilidad como beneficiarios del suelo. 
 
Para celebrar el Día y tomar conciencia de nuestro papel, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación ha preparado diversas actividades: un evento en línea, una serie de cortometrajes en Youtube relacionados con el tema, y el concurso.
 
Conviértete en el héroe del suelo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, donde los candidatos más jóvenes proponen soluciones específicas para limitar la huella que nuestra producción y consumo de alimentos, piensos y fibra dejan en la tierra. 
 

Fuente www.aecid.es


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