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Navarra depuró 75,6 millones de m3 de aguas residuales en 2017 a través de casi 700 instalaciones


22/07/2018

Saneamiento urbano
Navarra depuró 75,6 millones de m3 de aguas residuales en 2017 a través de casi 700 instalaciones

 

  • El Gobierno ha conocido el balance 2017 de NILSA del Plan Director de Saneamiento de los ríos navarros
 
El Gobierno de Navarra ha publicado recientemente el balance 2017 del Plan Director de Saneamiento de los Ríos de Navarra presentado por Navarra de Infraestructuras Locales, S.A. (NILSA).
 
Según el informe sobre la gestión del citado Plan, durante el ejercicio de 2017 se trataron 75,6 millones de metros cúbicos de agua residual en las instalaciones de depuración de la Comunidad Foral, constituidas por 141 depuradoras y medio millar de fosas.
 
Los caudales tratados, 75.657.875 metros cúbicos en concreto, suponen una cifra inferior a la de 2016, que se situó en 78.449.268 metros cúbicos, mientras que en 2015 habían sido 78.522.998 metros cúbicos, lo que apunta a una tendencia a la baja sostenida desde el último lustro.
 
Este ahorro de agua significa que el consumo ha descendido debido, por un lado, a las mejores prácticas en los hogares y, por otro, en las redes municipales, que han desdoblado las conducciones de aguas fecales de las pluviales, posibilitando que el agua de lluvia llegue limpia directamente al río o al terreno, sin pasar por las instalaciones de depuración. Estos caudales que no llegan a las instalaciones suponen un importante ahorro energético y económico en las mismas.
 
El balance anual del Plan Director expone también los gastos de operación y mantenimiento de todas las instalaciones, que en 2017 ascendieron a 13.133.268 euros, de los cuales, 7.316.442 euros fueron gestionados directamente por NILSA, la empresa pública del Gobierno de Navarra que gestiona el Plan Director de Saneamiento, y el resto por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (4.772.201 euros) y la de Montejurra (1.044.724 euros).
 
Si bien toda la financiación proviene del Plan, estas dos entidades locales se responsabilizan del funcionamiento de las instalaciones que se encuentran en su ámbito y posteriormente repercuten sus costes

 

5,7 millones de euros en obras de instalaciones de depuración

 
Además, durante el año pasado se ejecutaron 5.785.025 euros en obras. Concretamente, se finalizaron las instalaciones de Lantz, Liédena, Pueyo, Lizarraga-Ergoiena, y el inicio de los proyectos de Ziordia y la mejora del tanque de tormentas de Tudela.
 
Además, el año pasado, también se licitaron los proyectos de SALINAS DE ORO / Jaitz, Ezcároz /Ezkaroze, (correspondiente al emisario hasta la depuradora), Urdazubi / Urdax y cursos bajos del Urederra. Por otra parte, se redactaron los de Villanueva de Aezkoa, Errazkin, Baraibar, Aróstegui / Aroztegui, Oroz-Betelu / Orotz / Betelu, Arano, Meoz / Meotz, la modificación del emisario de Monteagudo, la renovación del emisario y tanque de retención de Valtierra, la reforma de la depuradora de Fitero, y Corella, Baztan y Cortes, así como los emisarios de Bajo Arga y en los colectores de Ultzama (tercera fase).
 
Estas actuaciones, al igual que los gastos de operación y mantenimiento, personal u otros derivados, se financian con un impuesto que pagan todos los contribuyentes a través del recibo del agua y que se denomina canon de saneamiento.
 
Durante 2017, recaudó 30.405.067 euros. Las tarifas actuales de tratamiento son de 0,5970 €/m³ para las familias y de 0,7150 €/m³ para los usos no domésticos, como el industrial, que representa el 27% del total. Durante 2018 estas tarifas no han experimentado ninguna subida respecto a 2017. Desde su creación, en 1989, el canon ha recaudado 464,5 millones de euros que han sido destinados íntegramente a la ejecución de lo establecido en el Plan Director.
 

Proyectos I+D+i: drenajes sostenibles y mejora de lodos para fertilizantes

 
En el balance anual destacan también los proyectos en I+D+i. Actualmente se desarrollan tres líneas de investigación: los sistemas de drenaje sostenible, orientados a minimizar el aporte de aguas de lluvia a las redes de saneamiento urbanas; la retirada de nitrógeno y fósforo del agua; y la mejora de la calidad de los lodos que terminan como fertilizante agrícola.
 
Las tres líneas responden a los nuevos retos que para el sector de la depuración significan problemas como el de los llamados contaminantes emergentes, o el de los nuevos riesgos sanitarios que introduce la creciente movilidad global. A ellos se añaden la necesidad de adaptarse al cambio hacia la nueva economía circular, que impulsa la reintroducción de materia orgánica y elementos nutrientes en el medio natural, y a los efectos del cambio climático, que obliga a mejorar los sistemas para la minimización de emisiones de gases de efecto invernadero.
 
En la actualidad, la depuración biológica, basada en filtros de lecho bacteriano, es el tratamiento convencional en todas las plantas de Navarra desde 1990. En casos que lo han requerido se han sumado otros tratamientos, como fangos activos o lechos móviles aireados, evitando los procesos químicos e imitando el proceso de depuración natural del río, que implica que las piedras que hay en el fondo del cauce facilitan el crecimiento de bacterias, que se alimentan de los residuos que existen en el caudal, limpiándolo.
 
En 2015 se retiró un tratamiento que había sido utilizado durante años: el biodisco, sustituido por un cambio al extendido sistema de filtros de lecho bacteriano, más estables tecnológicamente.
 
Finalmente, cabe destacar que el ámbito de la depuración en Navarra engloba a unos doscientos trabajadores y trabajadoras, entre los que se encuentra el personal competente de las mancomunidades, el equipo de NILSA, las empresas de servicios y las de servicios de inclusión social contratadas para labores como jardinería o mantenimiento de señalización en las plantas.
 

Fuente www.navarra.es


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