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Por qué ha llegado el momento de reconstruir las infraestructuras hídricas de los EE.UU.


17/07/2017

Internacional
Por qué ha llegado el momento de reconstruir las infraestructuras hídricas de los EE.UU.
 
Si la infraestructura hídrica de los EE. UU. fuera una caja de cartón de leche en su refrigeradora, la habría tirado hace mucho tiempo. Si fuera un alumno, sus calificaciones apenas alcanzaría la nota mínima aprobatoria. Entonces, ¿qué salió mal? Impeller habló con Joe Vesey, vicepresidente senior y director de Marketing de Xylem, para conocer el problema y la forma de solucionarlo.
 
“Gran parte de la infraestructura hídrica de los Estados Unidos se construyó hace más de 100 años”, señala Vesey. “Las instalaciones tuvieron su auge entre 1925 y 1940. La mayor parte de esa infraestructura tiene un ciclo de vida útil de 50 a 75 años, de manera que, en promedio, lo hemos sobrepasado”.
 
La consecuencia de esta infraestructura obsoleta son las numerosas fugas. Algunos expertos consideran que cada año se pierden más de 7,5 billones de litros de agua tratada en los EE. UU. debido a fugas y roturas en las cañerías maestras de agua.
 
Las empresas de servicio público de agua potable y alcantarillado, que ya deben lidiar con presupuestos limitados, están destinando dinero al tratamiento de agua que no llega al usuario y por la que no se percibe ningún pago.
 
“Guardo mucho respeto por nuestros clientes y por el trabajo que realizan en sus comunidades”, señala Vesey. “Su presupuesto es bastante reducido considerando los desafíos que enfrentan, no obstante lo cual, son capaces de utilizar su antigua base de activos para ofrecer agua confiable y de alta calidad a millones de clientes. Hay mucha inventiva en juego por la que no reciben el reconocimiento suficiente”.

 

Roturas en las cañerías maestras de agua y desbordes cloacales frecuentes

 
A pesar de los mejores esfuerzos de las empresas de servicio público de agua potable y alcantarillado, puede ser difícil para ellas manejar una infraestructura que, en algunos casos, supera los 100 años. Las cañerías maestras de agua, ya obsoletas, son un buen ejemplo de esto. Según la American Water Works Association (AWWA), se registran aproximadamente 240.000 roturas de cañerías maestras de agua por año en los EE. UU
 
En 2015, por ejemplo, los habitantes de Hollywood Hills en Los Angeles despertaron a mitad de la noche por una inundación de agua que ingresó a sus casas. Una cañería maestra de hierro fundido, instalada en 1926, se reventó y descargó unos 400.000 litros de agua en el barrio, provocando grietas en las aceras y autos sumergidos en el agua.
 
Cuando hablamos de la infraestructura hídrica, otro gran problema son los desbordes de aguas cloacales y pluviales.
 
“Recuerdo que hace varios años, todas las playas que rodean Nueva York fueron cerradas el 4 de julio debido a los desbordes”, manifiesta Vesey. “Cuando los sistemas de aguas cloacales y pluviales comparten las mismas tuberías, puede ocurrir que las aguas contaminadas fluyan hacia lagos y océanos. En algunos lugares, la infraestructura que podría evitar esta situación nunca se instaló, y en el noreste constituye un grave problema”.
 


Una nota apenas aprobatoria para la infraestructura hídrica de los EE. UU.

 
La Asociación de Ingenieros Civiles de los EE. UU. publicó recientemente su Report Card for America’s Infrastructure 2017 (Informe sobre la infraestructura de los EE. UU. 2017), que aparece cada cuatro años.
 
El informe dio a la infraestructura global de los EE. UU. la calificación de D+, observándose un desempeño similar en la infraestructura del agua potable y el tratamiento de aguas residuales, que obtuvieron un D y D+, respectivamente.
 
“Años de mejoras en las plantas de tratamiento y una mayor rigurosidad de los reglamentos federales y estatales han reducido considerablemente el vertido de agua no tratada y mejorado la calidad del agua en todo el país”, señala el informe, pero observa también que debe hacerse más. “Se espera que más de 56 millones de nuevos usuarios se conecten a los sistemas centralizados de tratamiento en las próximas dos décadas, lo que exigiría una inversión de al menos USD271 mil millones para atender las demandas actuales y futuras”.
 


Cambio climático y población creciente

 
Los Estados Unidos necesita infraestructura nueva y mejorada, no solo porque el sistema actual es obsoleto, sino también para atender la nueva demanda.
 
“El cambio climático también está impulsando la necesidad de infraestructura nueva y más resiliente”, señala Vesey. “Tan solo en los dos últimos años, hemos tenido quince inundaciones de las que ocurren cada 100 años. Estamos sufriendo inundaciones y sequías de una severidad inusitada, fenómenos que están imponiendo una mayor carga en nuestra infraestructura”.
 
Otro de los problemas es que el aumento de los niveles del mar está provocando intrusión de agua salada e inundaciones en toda la costa, especialmente en Florida, ubicada al sudeste del país.
 
“Cuando la gente piensa en la infraestructura hídrica, piensa en los activos reales, y por lo general eso es correcto”, indica Vesey. “Sin embargo, también debemos pensar en cómo esta infraestructura se relaciona con nuestro suministro de agua. Las empresas de servicios públicos necesitan soluciones innovadoras pero prácticas para la intrusión de agua de mar o agua salobre y para el agotamiento de los acuíferos, lo que constituye un problema en lugares como Kansas y California. En el caso del agotamiento de los acuíferos, Xylem ya ha desarrollado una solución de reutilización del agua para Los Angeles con el fin de ayudar a reponer las aguas freáticas”.
 
Además, a medida que la población crece y más gente emigra a las ciudades, ello impondrá una mayor demanda en la infraestructura hídrica urbana. Según la AWWA, se necesitará una inversión de aproximadamente USD1 billón para mantener y expandir los servicios de agua potable a fin de atender la demanda de los próximos 25 años.
 


Por qué los EE. UU. no ha invertido más en infraestructura hídrica

 
«Son varias las razones que explican la falta de inversión, y una de ellas es que estos activos tienden a estar fuera de la vista y, por ende y lamentablemente, fuera de nuestra mente”, señala Vesey. «La mayor parte de esta infraestructura está bajo tierra. Si uno pudiera mostrarle a la gente el estado de nuestros activos de agua potable y aguas residuales, habría una gran urgencia de emprender alguna acción. A modo de analogía, si uno viera un puente que está por caerse, lo más probable es que tomara alguna medida”.
 
Vesey señala que ha habido un cambio en la forma en que los EE. UU. financia la infraestructura. “El financiamiento del Gobierno federal tuvo su auge alrededor de 1976, cuando se invirtieron USD17 mil millones de fondos federales en infraestructura hídrica. Hoy, el gasto federal es de aproximadamente USD4 mil millones, y la financiación de la infraestructura ha pasado más a los estados, que a su vez la han trasladado a los usuarios de los servicios públicos”.
 
Vesey señala que este cambio ha hecho que sea todavía más importante despertar la conciencia del público sobre la necesidad de una infraestructura mejor.
 


Cambio en la forma en que se financia la infraestructura

 
“Considero que hay varias cosas que podemos hacer para aumentar los fondos destinados a infraestructura”, señala Vesey. “La primera es fortalecer la Water Infrastructure Finance and Innovation Act (Ley de financiamiento e innovación de la infraestructura hídrica), que concede a las empresas de servicios públicos préstamos a largo plazo y de bajo costo destinados a proyectos de infraestructura. Se trata de una ley magnífica, y necesitamos incrementar los fondos disponibles en este marco”.
 
Vesey señala que conservar la exención fiscal de los bonos municipales también ayudará. “Conservar la exención fiscal de los bonos es una forma de seguir teniendo una gran reserva de capital a la que puedan acceder las empresas de servicio público”, señala. “También necesitamos simplificar y poner a disposición de las asociaciones público-privadas más proyectos, lo que constituye otra forma de aumentar el acceso de las empresas de servicio público al capital privado”.
 
“Nuestro gerente general, Patrick Decker, integró el Consejo Ejecutivo sobre Infraestructura del Bipartisan Policy Center, que esbozó algunas soluciones para incrementar las asociaciones público-privadas en el sector del agua”, señala Vesey. “Recomiendo la lectura del informe del consejo”.
 


Cómo despertar la conciencia del público ante los problemas que plantea el agua

 
Según un reciente estudio realizado por Circle of Blue, las tarifas del agua siguen incrementándose en las ciudades grandes de los EE. UU., y Vesey señala que es cada vez más importante que los usuarios comprendan la razón.
 
“Las empresas de servicio público necesitan mejorar en la interacción que tienen con sus comunidades”, indica. “Necesitan explicar los desafíos y por qué se incrementan las tarifas. Hoy, el costo del agua es en realidad mucho más bajo que el importe cobrado en una factura de cable. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de los distintos niveles de ingresos. Los estudios muestran que al 30% de los ciudadanos estadounidenses les significa un gran esfuerzo pagar su factura de agua. Las empresas de servicio público pueden instalar medidores de agua que serán útiles para establecer distintas estrategias de precios para los diversos niveles de ingresos”.
 


Muchos intereses en juego

 
“Hoy en día, hay muchísimos conocimientos en las empresas de servicio público de agua y alcantarillado, con mucha inventiva e innovación para que el agua siga fluyendo”, manifiesta Vesey. “Gran parte de este trabajo pasa inadvertido y sin el reconocimiento que merece. Solo imaginemos si más gente abriera la llave del agua y no saliera agua. Sin duda alguna, todos conocerían el nombre de la empresa que presta el servicio público en su localidad”.
Vesey advierte que cuando la infraestructura hídrica falla, o surgen nuevas situaciones sin tratamiento, las cosas pueden salirse de curso rápidamente.
 
“En 1993, Milwaukee tuvo un brote de cryptosporidium debido al mal funcionamiento de su planta de tratamiento del agua”, señala. “Más de 400.000 personas resultaron infectadas y se enfermaron, y más de 100 personas fallecieron. Por eso, es mucho lo que está en juego cuando las cosas salen mal. Las empresas de servicio público de agua y alcantarillado realizan un trabajo increíble con los recursos limitados de los que disponen, debemos asegurarnos de que les brindamos apoyo de todas las formas posibles”.

 

 

 

 


Fuente impeller.xyleminc.com


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