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Separadores de hidrocarburos: una comparativa técnica para escoger el material adecuado


11/12/2025

Equipos y soluciones
Separadores de hidrocarburos: una comparativa técnica para escoger el material adecuado
 
  • La comparativa muestra diferencias claras en comportamiento, mantenimiento y durabilidad
 
Cuando se instala un separador de hidrocarburos, no hay elección más importante que el material. Una mala decisión aquí no se corrige con mantenimiento: condiciona toda la vida útil del equipo.
 

Acero revestido vs PRFV (Poliéster Reforzado con Fibra de Vidrio)

 
En el diseño e instalación de separadores de hidrocarburos, la elección del material es un factor determinante. No solo influye en el comportamiento del equipo durante toda su vida útil, sino también en el tipo de mantenimiento requerido, en su resistencia frente a agentes externos y en su capacidad de adaptarse a las condiciones reales de la obra.
 
Para instaladores y técnicos, estas diferencias se traducen en aspectos muy prácticos:
 
  • Menos intervenciones posteriores cuando el material no requiere soldaduras ni repintados.
  • Mayor seguridad en obra cuando el equipo es más ligero o más resistente a la corrosión.
  • Reducción de costes a largo plazo con materiales que mantienen sus propiedades sin controles constantes.
  • Mayor fiabilidad para el usuario final, al garantizar un funcionamiento estable incluso en entornos exigentes.
 
Por eso, cada vez más profesionales buscan comparativas basadas en datos reales, que permitan tomar decisiones informadas desde la fase de proyecto. En este artículo analizamos, punto por punto, las diferencias entre acero revestido y PRFV.
 

Peso del material

 
Existe una diferencia importante en términos de densidad. El PRFV es aproximadamente tres veces menos denso que el acero, lo que facilita su manipulación y reduce esfuerzos durante la instalación. Para el instalador, esto supone mayor seguridad y menos necesidad de medios auxiliares.
 
 

Separador de PRFV instalado en obra. Un menor peso facilita la manipulación durante la instalación.

 

Revestimiento y riesgo de corrosión

 
Acero revestido
 
El rendimiento del acero está directamente ligado al estado de su recubrimiento. Este revestimiento puede rallarse, dando lugar a riesgo de corrosión, especialmente en presencia de corrientes vagabundas, donde se requiere protección catódica. Además, es obligatorio realizar controles del espesor de la capa, con riesgo de ser necesario repintar. La durabilidad no está garantizada más allá de los ensayos de la norma NF EN 858-1 (1000 h).
 
PRFV
 
El separador en PRFV no lleva revestimiento, lo que elimina el riesgo de ralladas o corrosión. Presenta alta resistencia a la abrasión, excelente resistencia al envejecimiento y a los agentes climáticos, y al no ser conductor eléctrico, no sufre corrosión por corrientes subterráneas. El espesor queda definido automáticamente por el sistema filament winding, evitando zonas con bajo espesor. Además, puede garantizarse su durabilidad hasta 10 años. Esto se traduce en menor mantenimiento y mayor estabilidad para el usuario final.
 
 
Fabricación mediante Filament winding
 
 

Resistencia a ataques químicos

 
En los separadores de acero revestido, siempre que el revestimiento sea conforme, se respetan las exigencias de la reglamentación recogidas en la norma NF EN 858-1, con ensayos de 1000 horas.
 
En los separadores de PRFV, el material presenta una buena resistencia a los productos químicos listados en la norma NF EN 858-1, así como una buena resistencia en medio salino.
 
 
Separador de hidrocarburos conforme a la norma EN 858-1
 

Resistencia a la constricción y a los choques

 
El acero revestido tiene buena resistencia a los choques y tolera la deformación, pero una vez deformado, no recupera su forma original. En cambio, el PRFV acepta la deformación y tiende a recuperar su forma inicial una vez desaparece la presión (virola y fondos con 10 mm de espesor). Su resistencia a choques es moderada, por tratarse de un material duro, por lo que se recomienda manipularlo con cuidado.
 
En obra, esta diferencia tiene impacto directo: menor deformación implica mayor estabilidad estructural para el usuario final.
 

Conclusión

 
La comparativa muestra diferencias claras en comportamiento, mantenimiento y durabilidad. El acero revestido requiere más control, mientras que el PRFV ofrece resistencia intrínseca, estabilidad química, menor mantenimiento y una garantía de hasta 10 años.
 
Para instaladores, ingenierías y usuarios finales, comprender estas diferencias permite una mejor toma de decisiones y una mejor planificación en cada proyecto.
 
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Fuente www.simop.es


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